2a FALLAS DE VALENCIA: COMERSE EL MUNDO

14.02.2015  16:10

Redacción: José Fernández Caballero - Cultoro.com - Web Aliada

Comerse el mundo es el pan diario del que sobrevive la emoción en el toreo. El faenón de Morante, la técnica impoluta de Julián o el regusto joven que Luque lleva dentro salieron arreando esta tarde

Valencia - España. Comerse el mundo es el pan diario del que sobrevive la emoción en el toreo. Comerse el mundo es comerse una corrida que, sin ser mala, tampoco fue buena. Comerse el mundo es saber que la capacidad que atesoras puede y debe levantar una tarde que depende de tu actitud. Comerse el mundo es imponerse a un cuarto que pedía los papeles y al que Morante se ciñó; comerse el mundo es saber que no hay materia pero que, a ese limbo, se le puede arrancar una oreja como hizo Julián; comerse el mundo es saberse ya en casa, como Luque, e intentar llegar a figura por el camino de la gracia. Eso es comerse el mundo.

Comerse el mundo es brindar a un toro desde el tercio aun a sabiendas de que, en boca de toda la plaza, no está ni el toro, ni los lances ni siquiera esa media eterna con la que enmudeciste a Valencia en Fallas. En boca de todos estaba que Morante, el que nunca brinda, estaba brindando la muerte a la vida de Valencia. Y estaba apostando. Eso es comerse el mundo. Quedó inédito José Antonio en el recibo capotero del abreplaza. La gran lidia ofrecida por Carretero fue la clave para que, tras tres puyazos y ponerlo difícil a los de plata en banderillas, Morante le iniciara faena y el astado tuviera aún carbón que quemar. La tomó bien por el derecho en el primer envite en redondo, justo en el tercio, para que Morante fuera cambiando el terreno posteriormente. Había que estar sereno en su cara, por sus amagos escarbadores y por la falta de clase en este inicio. Fue sacando guasa el animal, y Morante, con gesto inconforme durante toda la faena, optó por ir presto a por los aceros.

No fue lucido el recibo al cuarto: lo excelso llegó en el quite, improvisado, a la verónica, dejando una media de cartel recordando a la de Sevilla. Tras brindar al público en el mismo tercio, comenzó faena por ayudados. Dos series pro el derecho llegaron a l tendido, arrancando olés eternos. Se coló un afarolado. A partir de ese momento, la plaza se sumió en un ambiente de gozo ante la faena sublime del sevillano. Gozo, ralentí y despaciosidad del sevillano, en naturales de ensueño, derechazos hundidos y pases de las flores que encendieron las Fallas. Pinchó en la primera ocasión, pero enterró el acero hasta la bola, lo que le valió una oreja de peso.

Comerse el mundo es bailarle a la misma muerte como hizo Julián ante un inconforme quinto. Le bailó a base de técnica y, en ese baile de prioridades, le arrancó una oreja. Arrancada, oiga. Con mucha facilidad lanceó de salida al tercero, dejando un ramillete de verónicas de regusto que puso de acuerdo al tendido. Acercó posteriormente el toro al caballo galleando por chicuelinas, para quitar tras dos varas medidas de Juan Francisco Peña pro cordobinas. Tras brindar al respetable, inició trasteo a pies juntos al hilo de tablas, para que después la tomara bien el astado con la diestra. A partir de el ecuador del trasteo, le costaba transmitir al toro, mostrándose soso y sin gasolina entre las ganas del de Gerena. Se impuso al rajado por luquecinas, tirando el estoque y levantando el tendido en el epílogo muleteril.

Mucho gusto imprimió también Luque en el recibo capotero del último toro de la tarde, doblando la rodilla y rematando el ramillete veroniquil con mucha torería por bajo. Tras un susto de su picador Carioca, que se quedó a la altura del astado por caída del jaco, prosiguió Luque con su recital capotero para quitar por chicuelinas con el compás abierto y la mano bajísima. No perdió la atención del público tampoco el tercio de banderillas con un gran Antonio Chacón a los mandos, para un inicio muleteril después de Luque por derechazos que llegó con facilidad. Le faltaba gracia y fondo a la embestida del de Del Río, pero no desistió Luque por la misma mano, ganando terreno y entregando la moral que el invierno ha sembrado en su interior. Valencia quiere a Luque por su historial en la Calle de Xátiva, y eso s notó especialmente a partir del ecuador del trasteo, cuando el tendido animó a un Luque venido arriba ante la cuesta abajo del comportamiento del astado. Al natural no decía nada el astado. Tras las luquecinas, dejó un metisaca y una estocada que hizo rodar al toro.

Ficha del Festejo:

Plaza de toros de Valencia. Segunda de la Feria de Fallas. Corrida de toros. Casi lleno. Seis toros de Victoriano del Río, 1º rajado, 2º a menos, 3º con calidad, 4º con motor y calidad, 5º desagradecido, 6º deslucido. José Antonio "Morante de la Puebla",de burdeos y oro, pitos y oreja. Julián López "El Juli", de celeste y oro, ovación y oreja. Daniel Luque, de grana y oro, oreja y palmas.

  

 

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