06.02.2025 02:41 a.m.
Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora
En una tarde cargada de emociones y nostalgia, el maestro Enrique Ponce se despidió de la afición mexicana en la quinta corrida del serial mayor de la Monumental Plaza México. A pesar de la debilidad del encierro, el valenciano hizo gala de su magisterio y logró emocionar al público con su entrega y arte. La jornada tuvo momentos memorables, como la confirmación de Alejandro Adame, el triunfo de Diego Silveti y la sorpresiva interpretación de "El Rey" en la arena, cerrando así una página dorada del toreo en México.
Arbeláez - Colombia. La Monumental Plaza México vivió una tarde histórica en el marco de su LXXIX aniversario con la quinta corrida del serial mayor, donde la despedida de Enrique Ponce se convirtió en el epicentro de un evento que trascendió lo taurino y se instaló en la memoria de la afición como un adiós de leyenda.
Desde el despeje de cuadrillas, el ambiente en los tendidos era una mezcla de nostalgia y expectación. La Banda de Guerra de la Policía Bancaria e Industrial de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México rindió honores al Lábaro Patrio, entonando solemnemente el Himno Nacional entre gritos de "¡Viva México! ¡Viva la Fiesta Brava!" y "¡Viva la Libertad!". La Asociación Nacional de Matadores entregó una placa de reconocimiento al maestro Enrique Ponce, desatando la primera gran ovación de la tarde.
Ante un casi lleno en la zona numerada y con más de media entrada en el departamento general, se lidiaron siete toros de la ganadería queretana de Los Encinos. La condición del encierro, en su mayoría débil y deslucido, puso a prueba la técnica y voluntad de los matadores.
El joven Alejandro Adame, quien confirmó su alternativa con el toro "Farruco" de 493 kilos, supo templar la embestida incierta de su oponente y dejó una faena estructurada con temple y entrega. Concluyó con una estocada trasera y desprendida que le valió una oreja bien ganada. Su segundo toro, con el que se apagó parte del alumbrado de la plaza, tampoco colaboró, pero el torero insistió con recursos hasta ser ovacionado.
Diego Silveti fue el gran triunfador de la tarde. Con "Lironcito", un toro de poca fuerza, pero noble, construyó una faena de temple y sentimiento, luciendo por derechazos largos y profundos. Cerró su obra con ceñidas joselillinas y estocada efectiva que le otorgó las dos orejas. En su segundo, débil y sin transmisión, tuvo que emplearse a fondo, aunque el burel no le permitió redondear la faena.
Pero la tarde giraba en torno a Enrique Ponce. Su primer toro, "Protagonista", acusó una alarmante falta de fuerza, impidiendo que el maestro desplegara toda su tauromaquia. Sin embargo, Ponce, con su conocimiento enciclopédico de los terrenos y distancias, logró esbozar algunos detalles de su toreo clásico, cerrando con estocada efectiva y ovación en el tercio.
Cuando parecía que la historia cerraba sin un punto culminante, la afición exigió el regalo y Ponce, en un gesto de torería, aceptó. "Indiano", un ejemplar de Los Encinos, tampoco era un derroche de bravura, pero el valenciano, con su magistral temple y capacidad de improvisación, extrajo oro de la arena. Tras una faena plena de plasticidad, bordó su sello con las míticas "poncinas" y rubricó su despedida con una estocada certera. Las orejas fueron un premio justo para una figura que se entregó hasta el final.
El punto álgido de la noche llegó cuando la música de mariachi invadió la plaza y, en un momento inesperado, la voz de Pepe Aguilar resonó en la arena interpretando "El Rey", mientras las luces formaban en el ruedo la frase "Enrique Ponce hasta siempre". La Monumental vibró con este tributo, desbordando emoción y gratitud hacia un torero que hizo historia en el albero mexicano.
Finalmente, Silveti y Ponce salieron en hombros por la Puerta Grande de "El Encierro", cerrando una tarde para la historia. Ponce deja México, pero su leyenda en la Monumental permanecerá imborrable.
Ficha del Festejo
Ciudad de México, CDMX - Miércoles 05 de febrero, 2025 - Quinta corrida del serial de aniversario - Monumental Plaza México - Casi lleno en la zona numerada y más de media entrada en el departamento general - Toros de Los Encinos, sin fuerza en su mayoría. Enrique Ponce: Palmas, Ovación y Dos orejas en el de regalo. Diego Silveti: Dos orejas y Ovación. Alejandro Adame: Oreja y Ovación. Incidencias: (1) Tras la lidia del quinto toro, el banderillero Fernando García Araujo puso fin a su trayectoria en los ruedos, cerrando un ciclo de 31 años como socio activo de la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros y cerca de cinco décadas de vida. En un gesto simbólico, su propio hijo, Fernando García López, fue el encargado de cortarle el añadido, marcando así su despedida. (2) Antes de que saliera el cuarto toro, un espontáneo tlaxcalteca, Enrique Reyes Ronquillo, saltó al ruedo en busca de una oportunidad, dejando en el aire la audacia de su gesto. (3) Enrique Ponce terminaba de brindar el toro de regalo, la plaza se vio sacudida por otro inesperado protagonista. El colombiano Mikel Ramírez logró zafarse de las cuadrillas y la autoridad para ejecutar, con valentía y temple, tres estupendos naturales. La escena, lejos de causar tensión, despertó la complicidad y el apapacho del maestro Ponce, cerrando así una tarde de despedidas, retos y momentos que quedarán en la memoria de los aficionados.
