Arles (Francia): Colosos del Valor en Resurrección

Arles (Francia): Colosos del Valor en Resurrección

21.04.2025  05:02 p.m.

Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora

Emilio de Justo y Tomás Rufo firmaron una tarde histórica en Arles, protagonizando faenas de altísimo calado frente a un exigente encierro de Jandilla. El extremeño, a pesar de dos cogidas, cortó dos orejas a un toro de enorme dificultad, mientras que el joven toledano selló una de las obras más importantes de su carrera. La entrega y la pureza marcaron esta corrida estrella de la Feria de Pascua, con triple puerta grande junto a Roca Rey.

Arbeláez - Colombia. Arles vivió este domingo una de esas tardes que quedarán grabadas con letras de oro en la memoria colectiva de la afición. La corrida estrella de la Feria de Pascua reunió en el albero a tres toreros de primer nivel: Emilio de Justo, Roca Rey y Tomás Rufo, frente a un encierro completo, variado y de gran exigencia de la ganadería de Jandilla. Casi lleno en los tendidos, ambiente de gala y un resultado rotundo: triple puerta grande. Pero dentro de este triunfo compartido, las actuaciones de Emilio de Justo y Tomás Rufo se alzaron como auténticos monumentos de entrega, verdad y arte.

Emilio de Justo: el heroísmo hecho muleta

Abría plaza un toro áspero y complicado, Heroíno, número 8, de 510 kilos. El de Torrejoncillo, con una quietud que desafiaba el dolor, saludó por delantales poderosos y se impuso desde el primer instante. La faena fue una oda a la firmeza: con la diestra trazó muletazos de enorme profundidad y temple, construyendo una obra de máxima tensión. Fue cogido dos veces con dureza, la segunda en plena serie por naturales invertidos, pero volvió al toro como si el dolor no existiera. Cerró con un estoconazo letal y paseó las dos orejas en una de las gestas más rotundas del ciclo.

Su segundo, Puchero, número 26, fue otro animal importante: serio, astifino, humillador. De Justo lo cuajó con una faena sobria, vertical, de mucho gusto y pureza por ambos pitones. Los naturales tuvieron un trazo largo y profundo. Sólo el espadazo caído le privó de redondear una tarde perfecta. La plaza no pidió la vuelta al ruedo a Puchero, pero el toreo del extremeño fue digno de premio mayor. Una actuación de torero curtido, de figura consolidada que hoy ha demostrado, una vez más, que está en lo más alto del escalafón por méritos propios.

Tomás Rufo: faena para la historia

La revelación absoluta de la tarde fue Tomás Rufo. Su primer oponente, número 81, negro mulato de enero de 2021, fue un toro encastado, con transmisión, que pedía mando y sometimiento. Rufo no se guardó nada: lo saludó por verónicas de rodilla y se fue a los medios para torear en redondo de hinojos, encendiendo a los tendidos desde el inicio. Las tandas por la derecha fueron de una pureza emocionante, llevando al toro muy toreado, con el palillo arrastrando por la arena. Luego, al natural, se elevó aún más: tres series rotundas, de temple y largura, selladas con un epílogo en cercanías que rompió la plaza. La estocada fue fulminante. Faenón de alto voltaje que le valió las dos orejas, y sobre todo, el respeto unánime de la afición francesa.

El sexto, número 28, fue un toro muy distinto: con chispa, exigente, de embestida incierta. Ahí Rufo cambió el registro, sacando a relucir su oficio y su inteligencia. Supo entender al de Jandilla, le fue haciendo poco a poco, encajado y firme, con cabeza de figura. A pesar del pinchazo previo al espadazo y un descabello, su faena fue de esas que valoran los buenos aficionados: de aguante, de técnica y de cabeza fría. El silencio fue injusto. La faena, digna de una oreja.

Una tarde para el recuerdo

En una corrida marcada por la dificultad, el encastado fondo de los toros y la entrega sin reservas, la figura de Emilio de Justo emergió como símbolo de pundonor y raza torera. Tomás Rufo, por su parte, dio un golpe en la mesa que lo consolida como uno de los nombres más prometedores del toreo actual, con una faena de categoría mayor que ya forma parte de su propia historia.

Roca Rey, aunque silenciado en su primero por falta de opciones, dejó una faena de máxima exposición al quinto, cortando dos orejas tras una labor vibrante y de alto riesgo. Su actitud fue de torero macho, y el público lo valoró.

Pero el foco quedó claramente puesto en Emilio y Rufo, dos formas distintas de afrontar la verdad del toreo, unidas por un mismo hilo conductor: la entrega total. Arles vibró, se emocionó y reconoció a dos toreros que no vinieron a pasar, sino a triunfar con el corazón por delante. El toreo, ese arte eterno, vivió otra tarde de gloria. Y esta vez, la escribieron dos hombres tocados por la gracia y la verdad.

Ficha del Festejo

Domingo 20 de abril, 2025 - Coliseo de Arles, Francia - Cuarta de abono de la Feria de Pascua - Corrida de Toros - Casi lleno. Toros de Jandilla y Vegahermosa (2º), bien presentados en líneas generales y de juego variado. Destacaron del encierro el primero, tercero, cuarto y quinto, ovacionados en el arrastre por su bravura y exigencia. El sexto, complicado; y el segundo, un toro venido a menos. Emilio de Justo: Dos orejas y Ovación. Andrés Roca Rey: Silencio y Dos orejas tras dos avisos. Tomás Rufo: Dos orejas y Ovación.

  

 

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