28.12.2024 05:27 a.m.
Redacción: Javier Enrique Baquero Pardo JABA - www.voyaloastoros.com - Web Aliada
La novillada de la Feria de Cali brilló con momentos taurinos memorables pese a la adversidad. Cuatro novilleros —tres colombianos y un mexicano— se enfrentaron a seis ejemplares de Paispamba y uno de Las Ventas del Espíritu Santo, con lidias variadas y desafíos constantes. Bruno Aloi, debutante mexicano, mostró entrega al reaparecer tras un percance y regalar faenas de suavidad y temple. Luis Miguel Ramírez, "Calio", demostró maestría con faenas estratégicas que le valieron orejas en dos ocasiones. Cristian Restrepo, con estilo vertical y templado, dejó detalles de calidad.
Cali - Colombia. La novillada de la Feria de Cali sumó cuatro nombres, tres de novilleros colombianos y uno de un joven mexicano. Fueron siete ejemplares, seis de Paispamba, bien presentados y de juego variado. Uno más fue un eral de Las Ventas. Hubo detalles taurinos dos novilleros con percance y un máximo triunfador.
Bruno Aloi
El debutante en Cañaveralejo de este novillero mexicano saludó con capotamos muy lentos a un jabonero que en principio saltó las tablas para buscar el refugio del callejón. El ejemplar recibió poca pica.
Hecho mano a sus recursos capotero en todo el centro del ruedo para torear por tamaleras y gaoneras. Brindó a Cesar Rincón.
En el centro del ruedo citó para iniciar su labor con la pañosa con un cambiado por la espalda con mucha firmeza en la arena. Luego por derecha buscando dar una distancia prudente para el cite.
El novillo con andares cansinos hizo presa del novillero por su pierna izquierda, rompiendo su taleguilla en cámara lenta.
El joven maniató con mucha parsimonia y ofició prendía a su ejemplar con la muleta muy templada, pese a que el Paispamba no se acababa de entregar. Con la muleta en la mano izquierda el novillo tampoco fue un dechado de virtudes y si de complicaciones.
La espada en dos tiempos para despachar al Paispamba y palmas de reconocimiento.
Sorpresivamente salió al ruedo pese haber pasado a la enfermería tras sufrir un corte en su mano derecha y ya estando listo Ramírez para cubrir el turno.
Con su mano vendada cogió el capote y lanceó con mucha presteza a su oponente.
Lanceó con mucha suavidad y haciendo demostración del oficio que tradicionalmente tienen lo mexicanos con la capa.
Brindó al público y se dispuso a echar sus rodillas a tierra en el centro del ruedo para ejecutar tres muletazos de buena factura. Ya en redondo construyó una faena llena de buenos muletazos por derecha. La suavidad fue el común denominador de cada recorrido de su paño rojo.
Con la izquierda Aloi también mostró suavidad, pese a que era un pitón menos evaluable. El novillo se fue rajando y buscando tablas. El mexicano insistió y le sacó algo más de partido. Con la espada tuvo que perseguir al que quería huir. Dejó una estocada caída y en la cual por poco nuevamente recibe un corte. Tres descabellos y palmas.
Luis Miguel Ramírez
Barbudo fue el nombre del segundo del festejo y correspondió a Calio, Luis Miguel Ramírez, otro jabonero, este más claro. El novillo fue saludado con una larga cambiada, seguida de una serie de lances a la Verónica.
Luego de una cortísima vara Calio toreó por Lopecina en el centro del ruedo.
Brindó a Luis Bolívar e inició con un muletazo rodilla en tierra, figura que tuvo que recomponer por cuanto el novillo no acabó de pasar y lo golpeó levemente.
Ya en pie dio distancia al astado para tirar de él con dificultad ante su tardanza en la acometida por momentos indescifrable. La comunión no fue permanente y se notaba en los desacuerdos de acople en los muletazos. Pinchazo y media desprendida que bastaron para que doblara el jabonero.
Luis Miguel Ramírez tuvo que salir al ruedo a lidiar el cuarto de la tarde, tras la salida del cartel de Aloi y Cartagena, para lidiar lo que en el sorteo le había correspondido, mientras desde la enfermería confirmaban que Aloi había sido trasladado a centro hospitalario y Cartagena estaba siendo valorado.
Brindó desde las afueras de la enfermería sus dos compañeros y se dispuso a torear a uno con muy poca fuerza.
Calio entendió las condiciones de ejemplar y realizó una faena a media altura, sin bajar el engaño para que el de Paispamba no se derrumbara. Las cosas fueron entonadas con esta fórmula de cuido. El novillo que tenía contenido, pero poca fuerza se dejó torear con suavidad.
Mató de estocada completa y la presidencia le concedió las dos orejas a cuenta gotas.
Lidió el segundo ejemplar de Cartagena, tras sufrir dos cornadas en su gemelo derecho. El novillo un jabonero claro, de mucha flojedad y recorrido corto. Fue saludado con verónicas de buena factura. Con la pañosa a media altura para no violentar la debilidad del astado.
La fórmula de media altura rindió réditos y logró ejecutar buenas tandas con la derecha y sin explotar la izquierda. Tomó el acero para rubricar lo hecho y dejó una estocada floja, en buen sitio, pero de efectos tardíos. Hubo petición del público y una oreja dura por parte del palco.
Arturo Cartagena
Tomó camino al centro del ruedo para saludar a su primer ejemplar para una larga que se vio comprometida, luego poco acople y muchas dudas en los andares frente a la cara del novillo.
Con la muleta desplazando mucho al novillo hacia las afueras del engaño protegido su humanidad. El muchacho cartagenero dejaba muchos espacios entre tanda y tanda y por momentos entre muletazo y muletazo. Cartagena fue alcanzado por el novillo y pasó a la enfermería.
Bruno Aloi tuvo que tomar los trastos y salir a pasaportar al novillo de Cartagena.
Antonio Cartagena fue traslado a un centro asistencial dejando su segundo en los corrales.
Cristian Restrepo
En quinto lugar, salió al ruedo el joven novillero Cristian Restrepo, de buenas tardes en ruedos españoles, donde adelanta su preparación como torero, el eral que le llevaron fue Afortunado de la ganadería de las Ventas del Espíritu Santo.
El saludó fue a la Verónica con mucha suavidad y brazos conducentes, remató con media de bonita lámina. El eral recibió una vara corta. El brindis fue a Mauricio González de la dehesa de Sálenlo.
Restrepo fiel a sus buenas maneras torero con mucha suavidad, muy vertical tratando de llevar templadas las envestidas. El novillo se fue apagando rápidamente, buscando tablas.
Cristian tomó el acero y mató luego de dos pinchazos.
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