12.10.2024 06:17 a.m.
Redacción: Juan Pablo Garzón Vásquez
Los subalternos de a pie brillaron en la novillada con pares de banderillas de gran calidad y una brega precisa. Antony Dicson, David Prieto, Andrés Herrera, Carlos Rodríguez y Brayan Valencia demostraron su destreza y valor, siendo esenciales en el desarrollo de la lidia y ganándose el reconocimiento del público.
Manizales - Colombia. La noche de la novillada sin caballos en la Feria Toros y Ciudad de Manizales 2024, fue un escenario donde los subalternos de un pie demostraron su destreza, valor y entrega. A la sombra de los novilleros aspirantes, pero con una importancia indiscutible en el desarrollo de la lidia, los hombres de plata ofrecieron una lección de técnica en el tercio de banderillas y la brega, siendo piezas clave en la novillada.
Desde el primer novillo, Antony Dicson destacó con un excelente par de banderillas, colocadas con precisión y en el momento adecuado, mostrando su buen conocimiento de los terrenos. David Prieto, por su parte, embrocó correctamente en su par, pero la falta de contundencia en los rehiletes para martillar en el morro del burel, lo puso en una situación complicada. El momento más tenso llegó cuando Prieto tuvo que recurrir al olivo, mostrando su rapidez y reflejos para salir del apuro.
El cuarto novillo fue un verdadero espectáculo en el tercio de banderillas. Andrés Herrera y David Prieto se lucieron con pares soberbios, ajustándose a las embestidas del astado y colocando los palos con una maestría digna de reconocimiento. La coordinación y el valor en sus movimientos no solo despertaron los aplausos del respetable, sino que también marcaron uno de los momentos más destacados de la velada.
La brega del cuarto novillo estuvo a carga de Carlos Rodríguez, quien, con gran temple y serenidad, supo llevar al burel en los medios, ajustando las embestidas con suavidad y dejando al toro en condiciones óptimas para el lucimiento del diestro. Su manejo del capote fue pulcro y eficaz, demostrando su experiencia y conocimiento profundo de la lidia.
Brayan Valencia también tuvo su momento de gloria en el quinto novillo, colocando un buen par de banderillas que se ganó el aplauso del público. Su par fue ejecutado con técnica depurada, adaptándose perfectamente a las características del astado, y culminando una noche en la que los subalternos brillaron por su labor fundamental en el desarrollo de la corrida.
El papel de los subalternos fue crucial, ya que en cada tercio demostraron su destreza y valentía. La brega precisa y los pares de banderillas bien ejecutados fueron testimonio de su maestría, contribuyendo de manera decisiva al éxito de la lidia y dejando una marca indeleble en la memoria del público taurino.