11.01.2024 07:16 a.m.
Redacción: Jorge Arturo Díaz Reyes - https://todotoroblog.blogspot.com/ - Foto: Camilo Díaz
Un nobilísimo pero dispar encierro del Capitán Barbero dio para mucho más. Luis Bolívar maestro y José Arcila entusiasta ovacionados, cortaron sendas orejas. Román saludó. Se mató mal…
Manizales - Colombia. A las tres y treinta, bajo el sol de la Monumental saltó al ruedo el toro más toro de lo que va de la temporada colombiana. “Jinete” N° 19, casi seisañero, astifino, cornidelantero, 540 kilos, hondo, castaño. Un lujo, exótico ya en nuestro país. La ovación fue de gala.
Codicioso, buscando pelea cimbró la arena. Colocado en el platillo de la plaza galopó al caballo de Edgard Arandía que marró y aprovechando el celo repuso para un corto puyazo recargado. Peña, y Herrera se las ven prietas con los palos escapando perseguidos. Luego atacó raudo la muleta de Bolívar en cuatro airosos y dominantes doblones genuflexos, largos, de mucho mando, temple y torería, rematados con un profundo pase de pecho. Ahí fue cuando mostró blandura, único defecto, aunque sin perder prontitud ni franqueza. Trapío, casta y claridad. Malhaya un tris más de fuerza para la excelencia.
La faena del maestro caleño se hizo a la medida del toro, reposada y precisa, espaciando y dosificando las tandas. Se sostuvo el animal, pero a costas de la emoción que produce la continuidad. Aseo, corrección y entendimiento total fueron las marcas del sabio trasteo ambidiestro, que sin dudas iba camino de premió grande cuando la estocada inane por excéntrica y tendida requirió tres golpes de cruceta. La ovación al arrastre del gran Santa Bárbara fue casi tan grande como la de salida y el ovacionado saludo para el torero más que justo.
Los otros seis, (el 2° devuelto por cojo), fueron: dos castaños más, dos negros listones y dos jaboneros. Conjunto de otra dimensión y peso (452 kilos promedio, casi 100 menos que el primero). Dos de ellos al borde mínimo reglamentario, pero todos, a su escala, bonitos de silueta y cara. Al cuarto “Camarero”, N° 55, que Bolívar puso en suerte de varas, de tercio a tercio, y se arrancó de una, a carrera tendida cruzando el ruedo y tumbando a Efraín Ospina en el trance más emotivo de toda la tarde, se le dio la vuelta al ruedo. Quizá solo por eso. Pues, tras los cinco toreros ayudados por alto, el derechazo y el pase de pecho con que abrió la faena, blandeó, peca general del encierro. El poso y los tiempos muertos a que obligó tal debilidad rompían el hilo emocional de la faena. Sin embargo, un gran volapié y una estocada cimera fulminante la reiniciaron y la petición fue tumultuosa y la oreja reglamentaria.
Los del manizaleño José Arcila, segundo y quinto, de nobleza franciscana, se rajaron al final. No sin antes haber prodigado embestidas para templar y ligar series cortas y limpias. Al uno, brindado a Juan Carlos Gómez artífice de la temporada, le citó de largo para cambiado por la espalda, dos derechas, cambio de mano y pecho para un inicio explosivo que no mantuvo la onda expansiva mucho tiempo. Tras el desistimiento final, el pinchazo, la estocada deprendida y tarda, dejaron la cosa en saludo.
Con el otro, el paisanaje ardía de reivindicación. Larga cambiada de rodillas, tres verónicas en pie y una media otra vez arrodillado, alebrestaron la parroquia. Pero no era bravo, se dedicó a pasar caminando displicentemente con la cara alta, depreciando la mucha y honrada porfía del manizalita, hasta la rajada descarada. No obstante, el estoconazo delanterito y vertical rodó al desertor y con el cayó la oreja. Querían otra. Pero… bueno… bueno. Usía los contuvo.
El valenciano Román, rodeado de simpatía como su fuera local, no pudo con los defectos ni con las virtudes de su lote. El tercero caía y caía a cada trance, frustrando las buenas intenciones, que dicen tapizan el camino del infierno. Dos pinchazos, una espada en guardia inocua y un descabello dieron para que los admiradores le sacaran al tercio. Con el sexto todo fue un caos y una falta de consideración con la buena fe del respetable. Verónicas, chicuelinas, charrinas truncadas, serpentinas revoliadas… sin orden ni concierto y a toda velocidad. Excediendo los limites también con la muleta trompicada, desarmada, picuda, distante y afuereña, que lograba oles alicorados ya, llegando entre caídas a la rajada postrera, y el fierrazo desarmado que no sirvió y un descabello.
Los Domecq del capitán dieron con su bondad y alegrías iniciales para una tarde más peluda, claro, de haberse honrado la suerte suprema, razón de ser del toreo todo.
Ficha del Festejo
Martes 10 de enero 2024. Monumental de Manizales. 3ª de feria. Sol. Casi lleno. Siete toros de Santa Bárbara, (2° bis), dispares, nobles y de malos finales. Al 4° “Camarero”, castaño N° 55 de 444 kilos. El 1° ovacionado de salida y arrastre. Luis Bolívar, saludo y oreja. José Arcila, saludo y oreja. Román, saludo y silencio. Incidencias: Saludaron Emerson Pineda y Héctor Fabio Giraldo tras parear al 6°.