13.10.2024 06:28 a.m.
Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora
En una tarde marcada por las buenas condiciones de los novillos de Salento, se destacó el esfuerzo y las ganas de los jóvenes novilleros, quienes, a pesar de su poco oficio, demostraron amor a la profesión y sentido de compromiso. Aunque las faenas no siempre alcanzaron la excelencia técnica, se valora su entrega y disposición frente a novillos encastados y exigentes que pusieron a prueba sus habilidades.
Manizales - Colombia. La Monumental de Manizales vibró al compás de una novillada donde el hierro de Salento fue protagonista. Con un encierro bien presentado y novillos que mostraron bravura, casta y algunas complicaciones características de su procedencia, los novilleros tuvieron que emplearse a fondo. En el actual contexto de la fiesta, donde los jóvenes tienen pocas oportunidades para foguearse en el ruedo, se les abonó su esfuerzo y entrega incondicional, aunque las faenas quedaron marcadas por la falta de experiencia y oficio, lo que mermó el lucimiento. Sin embargo, el público valoró el amor por la profesión que demostraron los novilleros, quienes en todo momento dejaron claro su deseo de surgir en este difícil camino.
El primero de la tarde, un novillo de Salento bravo, encastado y noble, empujó con fuerza en varas, poniendo a prueba la destreza del picador. En la lidia de capa, Johan Franco logró ejecutar verónicas de buen trazo, pero al tomar la muleta, el novillo exigió más temple del que el novillero pudo imprimir. Faltó pulso en la pañosa, y aunque el burel ofrecía nobleza, la faena no consiguió romper en los terrenos adecuados. Franco mostró ganas, pero el encastado ejemplar fue de exigencias mayores. Al entrar a matar, dejó una estocada un tanto desprendida, lo que, sumado a la falta de acoplamiento, resultó en un silencio respetuoso por parte del público.
El segundo espada, Cristian Castañeda, tuvo frente a sí un novillo de características similares: exigente, encastado y con nobleza, pero desclasado por momentos. Su faena, cargada de voluntad, no alcanzó el brillo esperado. El burel, que había mostrado fijeza en el primer tercio, se fue apagando poco a poco. Castañeda lidió con pundonor, pero no logró hilvanar tandas consistentes. Tras varios intentos fallidos con la espada, el público guardó silencio.
El tercer novillo, también de Salento, mostró desde el inicio una exigencia clara para ser toreado con precisión. José Gallo, quien lo recibió con un farol de hinojos, consiguió algunas verónicas templadas en el percal. Sin embargo, la faena con la muleta se tornó complicada, al no encontrar el camino para acoplarse a un novillo que, si bien tenía nobleza, se mostró desclasado y distraído. Gallo lo intentó por ambos pitones, pero la falta de continuidad y el carácter del burel terminaron por deslucir el conjunto. Una estocada precedida, tres descabellos y un aviso posterior, marcaron el final de una lidia que dejó al público en silencio.
La tarde cambió de tono con el cuarto de Salento, un novillo bravo, encastado y fijo en los engaños. Eduardo Contreras, consciente de las condiciones del astado, salió a portagayola con una actitud valiente que encendió los aplausos. En la capa, ligó verónicas que entusiasmaron al respetable. Con la muleta, Contreras fue poco a poco dominando al burel, logrando sacar buenas tandas que, si bien carecieron de mando absoluto, mostraron un buen entendimiento de la lidia. La estocada fue certera, lo que le valió la única oreja de la tarde, y los pañuelos blancos se asomaron en los tendidos en reconocimiento a su esfuerzo y valentía.
El quinto de la tarde, otro ejemplar de buena clase y bravura de Salento, brindó una oportunidad de oro a Daniel Sánchez, quien mostró signos de evolución en su toreo. Las verónicas con el capote fueron suaves, templadas, y con la muleta, hilvanó una faena interesante. Su sentido del temple era evidente, aunque la faena adoleció de mando en los momentos cruciales. Sánchez dejó detalles de buen toreo, pero el público notó la falta de remate con la espada, que le costó tres avisos. No obstante, el respetable lo despidió con aplausos, reconociendo su esfuerzo.
El sexto y último novillo, un ejemplar noble pero limitado en clase y recorrido, fue enfrentado por Sergio Alzate, quien destacó en algunos lances de capa con buen gusto. Con la muleta, logró muletazos de calidad, desmayados y cargados de sentimiento, pero las tandas se vieron interrumpidas por la falta de fuerza del burel. Alzate intentó prolongar la faena con muletazos cortos e interesantes, aunque la falta de empuje del astado y los problemas con la espada resultaron en dos avisos y un silencio del público al finalizar.
Los novillos de Salento fueron un verdadero reto para los actantes. Los jóvenes novilleros, aún en proceso de formación, se enfrentaron a astados que, por su bravura y encaste, pusieron a prueba sus capacidades. A pesar de las carencias técnicas que se evidenciaron en el ruedo, lo que prevaleció fue el esfuerzo, la disposición y el valor con que los novilleros enfrentaron cada situación. Los aficionados, conscientes de la dificultad del desafío, reconocieron el compromiso de los actantes y los despachos de los novillos. La oreja conquistada por Eduardo Contreras se convirtió en el reflejo de una tarde en la que, más allá de los resultados, el valor y el amor por la fiesta brillaron con luz propia.
Ficha del Festejo:
Feria Toros y Ciudad de Manizales 2024 - Novillada con Picadores – Sábado 12 de octubre – Novillo de la ganadería de Salento, bien presentados y con interesante juego, matices de bravura y exigencia. Johan Franco: Silencio. Cristian Castañeda: Silencio. José Gallo: Silencio tras aviso. Eduardo Contreras: Oreja. Daniel Sánchez: Aplausos tras 3 avisos. Sergio Alzate: Silencio tras 2 avisos.