10.02.2024 01:07 a.m.
Redacción: Sergio Hidalgo - www.altoromexico.com
A lo largo de una corrida con distintos pasajes de emoción
Ciudad de México - México. La corrida femenil programada hoy en la Plaza México era toda una incógnita, pues hacía diez años que no se daba un festejo con tres toreras en un mismo cartel, y la última de las tres que se habían programado resultó muy accidentada, así que las expectativas no estaban tan claras para nadie. Vamos, tal vez ni siquiera para las alternantes de este festejo.
Y conforma avanzó la noche, las emociones se fueron sucediendo unas a otras, casi como en un vertiginoso vaivén que mantuvo el interés del público, que hizo la mejor entrada que se ha registrado en un evento de estas características. Así que, de hecho, este fue un aspecto a considerar, derivado de la mano de la promoción que hizo la empresa de "mujeres al 2 x 1", lo mismo que cervezas y destilados. Que se vale, ¿eh?
Luego, vino la primera confirmación de alternativa, la de la queretana Paola San Román, torera de vocación temprana –y numerosa dinastía–, pues desde niña comenzó a torear como becerrista. La entonada actuación que tuvo en El Palacio del Arte de Morelia en octubre pasado hacía albergar esperanzas de que pudiera estar bien, y no falló, porque al final hizo una faena luminosa que malogró con la espada.
Antes de que eso ocurriera, con el de la ceremonia, Paola se mostró enterada y trató de solventar las dificultades de un toro que topaba y era incómodo. A pesar de esta condición, alcanzó a bosquejar algunos detalles sueltos de buen gusto, que terminarían por desvelarse con más contundencia delante del quinto, un toro noble y con calidad, del hierro de Marco Garfias, que le permitió mostrarse a placer.
Esa faena fue de menos a más y acabó entusiasmando mucho al público cuando Paola relajó la planta y toreó para ella, en muletazos sentidos, clásicos, en los que dejó entrever una técnica bien aprendida y posibilidades de seguir avanzando en la profesión, según vaya adquiriendo más sitio.
Los redondos y los cambios de manos, así como los pases de pecho, tuvieron sabor y calentaron al público, que rompió del todo cuando ejecutó una serie postrera de adornos, en los que un molinete invertido fue fruto de una inspiración que estaba sintiendo de verdad, y que antecedió un ramillete de magníficas manoletinas, grató final de una obra artística muy expresiva.
Ya cuando le tenía cortadas las orejas a "Defensor", se dio a pinchar y echó por tierra un triunfo legítimo. Pero al margen de este desaguisado, dio una vuelta al ruedo muy aclamada tras haber ejecutado una estocada sumamente caída, que le impidió cortar la oreja que se pedía y que el juez Enrique Braun, que reaparecía en el biombo, atinadamente no concedió.
También Rocío Morelli se había manifestado con el tercer toro de la noche, que fue noble y le permitió torear relajada, con una clara facilidad de trazo, aunque sin la fibra suficiente para conseguir un acabado más firme de sus muletazos. La gente, atenta y receptiva, valoró la impecable larga cambiada de rodillas en los medios con la que saludó a ese toro, y después la alentó en todo momento en una faena aseada, de figura erguida y natural, que culminó de una estocada a toro arrancado que le puso en las manos la única oreja concedida a lo largo del festejo.
Con ese buen sabor de boca que había dejado enfrentó al sexto, que fue complicado. La colombiana se afanó en hacerle fiestas, pero sin la solvencia que exigía el de Vistahermosa, y minutos más tarde no estuvo fina con la espada y la satisfacción que tenía acabó por empañarse.
Se suponía que Hilda Tenorio, ejemplo de carácter y tesón, podía estar mejor que sus compañeras de cartel dada su mayor experiencia. Pero tuvo una noche muy cuesta arriba prácticamente desde que enfrentó al segundo, un toro de Vistahermosa que recargó fuerte en varas y sacó un comportamiento encastado, nada fácil. La moreliana no lo vio claro y prefirió abreviar antes de darse a pinchar en repetidas ocasiones hasta escuchar dos avisos y pitos de un público que le estuvo exigiendo.
El cuarto tenía buen fondo de nobleza y tardó en entenderlo. Cuando se quedó en la distancia correcta, el de Vistahermosa le respondió bien y así fue como Hilda consiguió un par de tandas de buena factura con la mano derecha, momento en que el toro se le entregó y aprovechó para estar a la altura de las circunstancias, aunque sin llegar a redondear la faena, ni mucho menos debido a su inconsistencia.
Una vez más, Hilda estuvo fatal con los aceros y sufrió el penoso revés de dejarse al toro vivo, en una actuación de la que ella misma sacará sus conclusiones una vez que haga la retrospección de lo sucedido en una corrida en la que se le notó ciertamente desconfiada.
Mención especial merecen varios puyazos ejecutados con rigor, sobre todo el que colocó Erick Morales al quinto toro, pues lo preparó con gran destreza, moviendo al caballo con torería y yendo un par de pasos hacia atrás para templar la embestida hasta fundirse con el toro en la reunión, pasaje que provocó una sonora ovación.
El gallardo puyazo de Alejandro Martínez al sexto tuvo lo suyo, pues "El Pollo", como le apodan cariñosamente, regresó del callejón, adonde había ido a parar cuando el toro estrelló al caballo en las tablas para dar otro eficaz puyazo, en otro de los momentos emocionantes de una corrida con diversos matices para el comentario, y dos triunfadoras por distintas vías: Morelli, que puntuó, y San Román, que expresó.
Ficha del Festejo
Ciudad de México - Plaza México. Cuarta corrida de la Temporada de Reapertura. Menos de un cuarto de entrada (unas 7 mil 500 personas), en noche fresca. Tres toros de Vistahermosa (1o., 4o. y 6o.) y tres de Marco Garfias (2o., 3o. y 5o.), correctos en presentación, de juego desigual, de los que sobresalió el 5o. por su calidad y fue premiado con arrastre lento. Pesos: 497, 473, 476, 530, 495 y 522 kilos Hilda Tenorio (grana y oro): Pitos tras dos avisos y bronca tras tres avisos. Paola San Román (blanco y oro), que confirmó la alternativa: Silencio tras dos avisos y vuelta tras petición. Rocío Morelli (carmín y oro) que confirmó la alternativa: Oreja y palmas tras aviso. Incidencias: Destacó en banderillas José Ventura "Venturita", que saludó una ovación en el 3o. Y en varas, Ricardo Morales, que picó muy bien al 4o., y su hijo Erick Morales en el 5o., mientras que Alejandro Martínez picó con gran arrojo al 6o. que lo mandó al callejón en el primer puyazo. San Román confirmó con el toro "Azafrán", negro, con 497 kilos, de Vistahermosa. Morelli hizo lo propio con el toro "Tolerante", negro, con 476 kilos, de Marco Garfias. San Román invitó al ganadero Roberto Garfias a dar la vuelta al ruedo tras la lidia del 5o.