Villapinzón: Festival de Hermandad y Arte por Ricardo Santana

Villapinzón: Festival de Hermandad y Arte por Ricardo Santana

10.02.2025  09:25 a.m.

Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora

El festival solidario en Altagracia, en beneficio del banderillero Ricardo Santana, fue un rotundo éxito tanto en lo taurino como en lo económico. Con figuras del toreo a pie y a caballo, el evento destacó por la entrega de los actuantes, el indulto de un ejemplar de Achury Viejo y el debut triunfal de la rejoneadora Laura Arandía. Un encuentro de hermandad, pasión y generosidad que reafirmó los valores del mundo taurino.

Arbeláez - Colombia. El sol cayó dorado sobre la finca Altagracia mientras el ruedo vibraba con la pasión del arte taurino y la fuerza de la solidaridad. La tauromaquia, siempre fiel a sus valores, se volcó con generosidad en un festival a beneficio del banderillero Ricardo Santana, herido en Manizales y en plena lucha por su recuperación.

El maestro César Rincón, junto a Ricardo Arandia, Nelsón Segura y César Camacho, lograron una convocatoria histórica, con el respaldo de ganaderos y figuras del toreo, consiguiendo no solo una recaudación sustancial, sino también una jornada memorable de faenas extraordinarias.

La apertura del festival estuvo en manos de la joven rejoneadora Laura Arandía, quien demostró gran solvencia en su debut, hilvanando una lidia precisa y elegante que le valió la ovación de los asistentes y una vuelta al ruedo. La ilusión de su actuación deja una estela de esperanza en el rejoneo femenino.

El rejoneador Andrés Ruiz ejecutó una labor templada y de gran monta, destacándose en las banderillas y templando con maestría las embestidas de un bravo novillo de Miguel Gutiérrez. Su actuación, sin embargo, se vio empañada por la suerte suprema, quedando en vuelta al ruedo.

En el toreo a pie, Sebastián Vargas conquistó una oreja tras una faena esforzada ante un exigente novillo de Mondoñedo. Sus muletazos por el derecho fueron poderosos y, tras entender la embestida, logró naturales de gran calidad, cerrando su actuación con una estocada efectiva.

Cristóbal Pardo protagonizó una lección de paciencia y técnica frente a un ejemplar de Juan Bernardo Caicedo, que tras tambalearse en los primeros compases, fue metido con maestría en la muleta. La faena fue una cátedra de temple y estructuración, dejando constancia de la calidad del torero caldense.

Uno de los momentos cumbres llegó con Leandro de Andalucía, quien se inmortalizó con una labor de altos vuelos frente a un extraordinario novillo de Achury Viejo. Con una apertura de rodillas y un toreo de capote exquisito, llevó su faena a la cumbre con muletazos hondos, templados y sentidos. La embestida de ensueño del astado y la labor del diestro llevaron a la plaza a exigir el indulto, concedido entre clamor y emoción. El marcado con el número 259 de Achury Viejo regresó al campo como un testimonio del gran momento ganadero.

Luis Miguel Castrillón también dejó su impronta en la tarde con un encastado novillo de Las Ventas del Espíritu Santo, que fue premiado con la vuelta al ruedo. El antioqueño extrajo lo mejor del burel con un toreo firme y sentido, culminando con una oreja bien ganada que paseó junto al hijo del artista Walter Zuluaga.

Cerró el festejo Juan Sebastián Hernández, quien enfrentó un buen ejemplar de Santa Bárbara. Pese a lograr tandas de mérito, la espada le privó de un triunfo mayor, escuchándose avisos que no empañaron la entrega del torero.

La jornada no solo brilló en lo artístico, sino también en la generosidad de la familia taurina. La subasta de arte dirigida por César Camacho reunió aportes valiosos, incluyendo un sombrero cordobés del maestro Ponce, donado por Rafael Giraldo, y una obra del artista Walter Zuluaga, adquirida por el maestro Rincón.

El espíritu de solidaridad que impregnó el festival quedó sellado con el agradecimiento de la familia Santana. En un emotivo comunicado, su esposa expresó la gratitud del banderillero, quien siguió el festejo hasta donde su salud lo permitió. "Es en estos momentos cuando uno se da cuenta que amigos sí hay", rezaba el mensaje, recordando que la pasión por el toro también es hermandad.

Con la satisfacción del deber cumplido y la esperanza intacta en la recuperación de Ricardo Santana, la jornada en Altagracia pasó a la historia como un ejemplo de que el toreo es más que arte: es pasión, entrega y, sobre todo, solidaridad.

Para quienes deseen sumarse a esta noble causa, pueden realizar donaciones a través de la cuenta Nequi número: 310 2937188.

  

 

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